Los musulmanes holandeses son parte de la sociedad holandesa, contribuyen en diversas áreas y se pueden encontrar en muchos estratos y (sub)culturas de la población. Alrededor del 5 al 7% de la población holandesa tiene antecedentes musulmanes, lo que convierte al Islam en la segunda religión más grande de los Países Bajos (CBS, 2020; Pew Research Center, 2017). La comunidad musulmana holandesa es cultural y étnicamente muy diversa. La mayoría de los musulmanes holandeses nacieron en los Países Bajos (SCP, 2018). Una gran proporción de ellos tienen padres o antepasados de origen migratorio. También vemos varios antecedentes de esto; Algunos llegaron como expatriados (migrantes laborales principalmente de Turquía y Marruecos), otros tienen antecedentes de descolonización (Indonesia y Surinam). Otros musulmanes holandeses han tenido que huir (por ejemplo, de Bosnia, Irak, Siria, Afganistán, Somalia, Irán, Palestina), y otros han venido a los Países Bajos en busca de estudios, trabajo o amor. Además, en los Países Bajos también hay musulmanes de origen indio, paquistaní, argelino, tunecino, sudanés, egipcio, holandés (nativo) o mixto. Los musulmanes holandeses también se adhieren a varios (sub)movimientos o movimientos religiosos. El grupo más grande de musulmanes holandeses está formado por sunitas, pero también hay chiítas, alevíes y ahmadiyyas. Dentro y más allá de esto hay todo tipo de submovimientos, movimientos, interpretaciones y experiencias religiosas, que pueden variar desde muy conservadores hasta muy liberales, en diferentes aspectos de la fe y en diferentes combinaciones. Además, hay musulmanes holandeses que no pertenecen a ningún (sub)movimiento y hay holandeses para quienes ser musulmán es sólo un elemento cultural de su identidad. En resumen, los musulmanes holandeses no pueden ser capturados en una sola categoría. Esto también se aplica a otras religiones en los Países Bajos, como el cristianismo y el judaísmo, que también son muy diversas internamente. Y si retrocedemos lo suficiente en el tiempo, la gran mayoría de los holandeses parecen tener antecedentes migratorios. Las historias de migración nos recuerdan un pasado compartido, con historias fascinantes y a veces dolorosas, y al mismo tiempo nos inspiran a creer en un futuro compartido positivo en los Países Bajos.